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Hoy es un día muy especial, en el que celebramos el hecho de ser madre, en el que nos sentimos orgullosas y motivadas para seguir adelante, conscientes de nuestra aportación a la humanidad.

Ser madre es una de las facetas más completas de una mujer, es un antes y un después en tu vida, es pasar de la preocupación por tus propios intereses a buscar el bienestar de tu hijo, es descubrir tu razón para seguir adelante y disfrutar del amor más puro y sincero.

Por tus hijos lo entregas todo, logras imposibles y eres capaz de alcanzar cualquier meta que te propongas, porque ellos son tu vida.

A partir de este momento, descubres tus fortalezas, trasciendes tus límites, dejas de dormir, pero lo perdonas todo. Pasas de la obligación a la devoción y descubres el poder del amor incondicional.

Tu vida empieza a tener sentido. Estás dispuesta a darlo todo por ellos, son tu máxima prioridad. De hecho, te adelantas a sus necesidades, preocupándote por su descanso, sin rendirte jamás y te sobrepones al cansancio de tu carga laboral, buscando su felicidad siempre y en todo momento.

 

Ser madre es un regalo que nos da la vida, para crecer y fortalecer nuestros aprendizajes.

Ser madre es tocar el cielo con tus manos y agradecer cada instante de tu vida.

Ser madre es aprender a disfrutar del presente a través de las sonrisas de tus hijos.

Ser madre es apreciar la belleza de la naturaleza en cada poro de su piel.

Hoy me siento realmente agradecida como madre y como hija.

¡Cuántas cosas entiendo ahora, mamá! Cómo agradezco tu luz en los momentos oscuros, tu mano en mi camino pedregoso, tu apoyo siempre presente, pero, por encima de todo, tu amor incondicional 🙂