Seleccionar página

A lo largo del día entablamos relaciones con varias personas, escuchamos comentarios casuales y nos informamos de noticias que, de un modo u otro, influyen en nuestro estado de ánimo y en nuestra tranquilidad.

Toda esta información va haciendo mella en nuestro interior, instalándose y forjando nuestra percepción del mundo.

Por este motivo, es importante que empieces a cuidar tus relaciones, las personas de las que te rodeas, tus amistades y, por qué no decirlo, tus familiares.

Ya sé que es difícil en este último caso, pero no imposible.

En ocasiones no puedes evitar relacionarte con alguien de tu familia que te resta energía, pero sí puedes evitar que te afecte su baja vibración.

Lo importante es que aprendas a prestarte atención, a sacar lo mejor de ti.

Rodéate de personas que, como tú, buscan la luz, personas con valores, auténticas, conscientes, solidarias, humanas. Nútrete de ellas, escúchalas, obsérvalas y utiliza todo aquello que aprendas para seguir avanzando, para seguir creciendo.

Si una situación determinada no te gusta, simplemente aléjate de ella, sin juzgarla.

Cada una de nosotras se encuentra en un proceso diferente. No puedes pretender que los demás piensen y sean iguales que tú, pero sí puedes marcharte si su mensaje no va contigo.

Obsérvate con detenimiento y piensa si eres la mujer que quieres ser, si estás viviendo conforme a tus valores.

Si es así, estás de enhorabuena, no pierdas el rumbo de tu vida.

Si, por el contrario, te encuentras alejada de ellos, piensa qué puedes hacer para incorporarlos de nuevo en tu camino.

La decisión es tuya y sólo tuya. Tú eres la capitana del barco, tú sabes lo que quieres y lo que no quieres para ti.

No te olvides de tu esencia y deja que tu llama brille con intensidad.

No permitas que nada ni nadie apague tu luz 😉