Seleccionar página

Cuando empiezas a adentrarte en el maravilloso mundo de la consciencia, son muchas las personas que intentan impedir tu despertar.

Llueven las críticas, los temores, las amenazas e incluso las decisiones dicotómicas, en las que te ves obligada a elegir, o esto o yo.

En mi caso, no ha sido diferente. Por suerte o por desgracia, mi despertar se inició ya en mi niñez. Desde pequeñita me preguntaba cuál era mi propósito en esta vida, qué hacía yo aquí y por qué sentía que formaba parte de un todo.

Me aburrían las tertulias banales y era una lectora insaciable. Buscaba en los libros las respuestas a mis cuestiones vitales.

Por mi educación familiar y por las trabas educativas de los centros convencionales en los que me formé, no pude avanzar en mi cometido. Integrarme y adiestrarme en la energía del rebaño ha sido y sigue siendo el objetivo de toda la maraña socio-política a la que me enfrento continuamente.

No se trata de un enfrentamiento destructivo, sino de enfrentar la situación desde la crítica constructiva, siendo consciente de su lento despertar.

Pero el hecho de que la mayoría de las personas que me rodea disfrute de este tipo de vida, no implica que esto sea bueno para mí. Acepto su proceso y lo entiendo. Sólo pido respeto y aceptación por su parte. No es necesario que me entiendan, sólo que respeten mi decisión de seguir creciendo, de conectar con mi ser y de abrir mi mente a la inmensidad de nuestras capacidades.

Desde el momento en que decidimos amar a una persona sólo si es como nosotros queremos que sea, no estamos hablando desde el amor, sino desde el egoísmo.

Respetar nuestras diferencias nos hace libres, vivir desde el miedo nos esclaviza.

Yo he decidido vivir desde el amor, observar sin juzgar y asumir que todas estas dificultades que aparecen en mi vida forman parte de mi crecimiento personal.

No es fácil, lo sé por experiencia, pero es tan maravilloso tener claro cuál es tu propósito y vivir desde la convicción de que estás totalmente alineada con tus valores.

Sé que soy quien quiero ser ahora, sé que estoy en el camino que he elegido y sé que ahora mismo soy yo la capitana de mi barco.

En ocasiones el mar está revuelto y me cuesta mantener el rumbo, pero sigo buscando ese faro que ilumina mi alma y me mantiene enfocada en mi propósito de vida.

Y tú, ¿tienes claro cuál es tu propósito?, ¿estás siguiendo el camino que te lleva a conseguir tus sueños?, ¿estás viviendo desde el amor o desde el miedo?

Tómate tu tiempo y descubre si estás siendo coherente con tus principios, si la vida que llevas es la que quieres llevar, si estás dispuesta a ser la auténtica protagonista de tu historia o si prefieres que sean los demás los que decidan por ti.