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Ser empática es reconocer y sentir las emociones de la otra persona en ti.

Esta capacidad se convierte en un lastre si hay un exceso de implicación.

Con frecuencia, las personas empáticas absorben el sufrimiento de los demás, haciéndolo suyo.

Es evidente que al interactuar con los demás intercambiamos su energía con la nuestra, el peligro está en asumir la suya como propia.

¿Te ha pasado alguna vez estar en un lugar determinado y sentir que necesitas salir de allí lo antes posible?

¿Has permanecido en ocasiones junto a alguna persona que te ocasiona malestar con su simple presencia?

¿Has notado cómo tu energía se va apagando al permanecer junto a alguien en concreto?

La forma en que todo esto te afecta determina tu situación. No puedes complacer a cada persona ni pretender caerle bien a todo el mundo.

Lo más importante es que aprendas a quererte a ti misma, dejando que los demás piensen lo que quieran sobre ti, sin que ello te afecte.

Saber decir no a tiempo puede evitarte posteriores sufrimientos y decepciones.

¿Quién no tiene o ha tenido en su vida a alguna de esas personas que continuamente se quejan de su situación y llenan de negatividad el ambiente en el que se encuentran?

Eres libre de rodearte de quien te apetezca. Lo importante de cualquier relación de amistad, de pareja, laboral o familiar es que sume a tu vida. Así que, deja atrás todo aquello que te resta, sin remordimientos ni pesar. Gran parte de tu felicidad depende de ello.

El juego de la víctima es siempre el mismo, la queja y el desánimo. Requieren tu atención, pero no buscan solucionar su problema, se regodean de su situación y únicamente pretenden que sientas lástima por ellos.

Cuando descubras el juego, niégate a participar en él y sigue con tu vida.

Al principio te costará pero más adelante agradecerás haber dado el paso.

Alejarte de este tipo de relaciones es fundamental para poder mantener tu equilibrio emocional.

Vive sin miedo, aprende a quererte como te mereces y disfruta de tu libertad.

Elige personas y momentos que te permitan crecer, que liberen tu energía creativa y que aporten más a tu vida.

Y, sobretodo ¡sé tú misma!