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El pasado viernes tuve el inmenso placer de asistir a una charla del gran escritor Francesc Miralles sobre el Envejecimiento Saludable a través del Ikigai.

Debo reconocer que hasta ese momento desconocía ese término, pero la temática que se trataba en la conferencia me llamó muchísimo la atención.

Francesc Miralles ha estado estudiando, junto al coautor del libro Hector García, a una población concreta de Okinawa, una isla situada al sur de Japón en la que se encuentran los habitantes más longevos del planeta. Esa localidad especial es Ogimi, núcleo rural de unos 3.000 habitantes donde la pobreza no riñe con la felicidad.

Pero ¿qué es el Ikigai?. El Ikigai es esa ilusión que da sentido a nuestra vida, la razón por la que nos levantamos cada mañana. Seguir a nuestro Ikigai es seguir nuestra pasión.

El autor de este bestseller nos habló de las 10 leyes del Ikigai:

  • Mantenerse activo, no retirarse.
  • Tomárselo con calma, vivir sin prisas.
  • No llenarse el estómago. La ley del 80% nos dice que es más sano comer sin llenarse del todo ya que el exceso de comida incrementa el gasto energético y con ello el desgaste, repercutiendo en nuestro envejecimiento.
  • Rodearse de buenos amigos.
  • Hacer ejercicio, estar en forma. Cuidar nuestro cuerpo para que pueda acompañarnos largo tiempo.
  • Sonreír.
  • Reconectar con la naturaleza para recargar nuestra energía.
  • Ser agradecido a nuestros ancestros y a la naturaleza por el aire que respiramos y la comida que nos alimenta.
  • Vivir el momento. El ahora es lo único que tenemos.
  • Sigue tu Ikigai.

 

 

Francesc Miralles nos estuvo hablando de su experiencia y de lo que pudo apreciar a través de las diversas entrevistas que realizó a los habitantes de Ogimi.

En relación a la alimentación, la población de la aldea consume carne en cantidades mínimas, agua pura, té verde y té blanco. Además tienen huerto propio que cuidan cada mañana al levantarse, alrededor de las 5:00 ó 5:30 horas.

Otras características relevantes son el clima subtropical de la isla, la ausencia de estrés, la falta de conexión a internet y la inexistencia de tiendas. Todo ello influye en la apacible vida de sus habitantes.

Las personas que residen en esta población no se retiran jamás. Cuando termina su periodo laboral siguen activos realizando aquello que les motiva, que les mueve a levantarse cada día con ilusión y entusiasmo. Además, sonríen muchísimo, tal y como pudimos apreciar en el video previo a la charla que Francesc Miralles compartió con nosotr@s.

El autor resaltó dos aspectos claves, a su parecer, que determinan el envejecimiento saludable y la longevidad en Ogimi: La alimentación, junto a la ley del 80% y la relación con otras personas.

Para un anciano lo peor que puede pasar es estar solo durante su vejez. Las relaciones humanas activan la autoestima, te sientes querido y respaldado por otras personas que se preocupan por ti.

El Ikigai va siempre asociado a servir a la comunidad. En la aldea hay núcleos de unas 20-30 personas que aportan alrededor de unos 40 euros mensuales para ayudar a la comunidad ante cualquier necesidad o imprevisto. De esta forma ningún anciano debe afrontar en solitario cualquier problema que le surja.

Seguir nuestro Ikigai, nuestro propósito de vida, debería ser algo primordial para nosotr@s. Crecer con ilusión, con alegría y ganas de seguir adelante en nuestro día a día es algo que nos pertenece, que es nuestro y que está esperando a ser descubierto.

¿Conoces ya cuál es tu Ikigai? ¡No dudes más y ve a por él! te está esperando.