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Además de ser un elemento indispensable para nuestro Planeta, la lluvia es maravillosa, aporta múltiples beneficios a nuestro día a día:

  • Limpia el aire y lo purifica.
  • Regula la temperatura ambiental.
  • Aporta nutrientes a las plantas.
  • Relaja y calma nuestro estado de ánimo.
  • Hidrata nuestra piel.
  • Cuida el cabello.
  • Permite la conexión con el momento presente.

Los días de lluvia invitan al recogimiento y a la calma.

A mí, personalmente, me encanta abrir las ventanas y respirar ese olor a tierra mojada, a naturaleza pura, a libertad. El aire se purifica, limpiando las hojas de los árboles, las calles y los bancos del parque.

También disfruto al contemplar el chapoteo de las gotas de lluvia sobre los charcos, con su sonido hipnotizante. Para mí, es vida en estado puro. Me relaja y me devuelve a mi centro, al tiempo que me invita a abandonarlo todo y a dejarme llevar.

 

 

¿Has salido alguna vez a bañarte bajo la lluvia? Es sanador, de repente tus problemas desaparecen, te sitúas en el presente, sintiendo la caricia de cada gota en tu rostro, llenándote de vida, es una auténtica delicia.

En estos momentos das gracias al cielo por todo lo que eres, por disfrutar de un bien tan preciado, por despertar en ti ese amor por la naturaleza.

Son instantes de conexión, en los que sabes que formas parte de algo mucho más grande, en los que te sientes unida al resto del mundo por un lazo invisible.

Esa lluvia que se derrama sobre el Planeta, nutriendo cada rincón, cada ser, cada célula, es el agua que fluye en tu interior, limpiando y sanando tu cuerpo, llenándote de vida.

Te invito a disfrutar con la lluvia cuando tengas ocasión, utilizando todos tus sentidos, disfrutando de su magia y conectando con el aquí y el ahora, visualizando su poder, inspirando su olor…