Liberarte, esa palabra mágica que resuena en nuestro interior y despierta nuestra atención, invitándonos a avanzar, a crecer y a soñar.
Cuántas veces hemos pensado lo que seríamos capaces de hacer si no tuviéramos obligaciones, si no dependiéramos de nadie, si no necesitaran de nuestra atención …
Todo esto no son más que excusas para no enfrentarnos a nosotras mismas, a nuestros miedos y a la incertidumbre, para no equivocarnos de nuevo, para no alejarnos de todo aquello que nos ata y nos mantiene desconectadas de nuestro ser.
Ser libre es una elección. Ese día en que todo lo que nos drena desaparezca de nuestra vida no va a ocurrir si no hacemos que ocurra. Es hora de tomar acción, de afrontar nuestras dudas, de iniciar ese camino de autodescubrimiento y dejar atrás nuestros temores.
Para poder sanar y reconocerte es necesario que te enfrentes a todas las mujeres de tu linaje, a todas, sin excepción. Ellas forman parte de ti y han determinado, hasta ahora, en gran medida, tu toma de decisiones, tus inquietudes y tu dolor.
Cada una de ellas ha seguido su proceso, avanzando y desafiando su destino lo mejor que ha sabido. Ahora te toca a ti iniciar el tuyo, partir de cero, liberarte de tus cadenas y ponerte al frente de tu vida, desafiando lo establecido, lo conveniente y lo tradicional, para dar paso a tu sentir y a tu verdadera vocación.
Aprende a mirar a tus ancestras como a mujeres, mujeres que soñaron, que tuvieron deseos y frustraciones, que siguieron su compromiso o que desafiaron su clan, simplemente mujeres como tú.
Hoy vas a honrar a tus ancestras, vas a agradecerles todo lo que te han mostrado a través de los años, vas a perdonar sus errores y vas a perdonarte por seguir sus pasos y no los tuyos.
Hoy decides ser tú misma, seguir tu camino con determinación, eliminar de tu vida todo aquello que te resta y avanzar hacia tus sueños.
Di conmigo:
Querida madre, abuela, bisabuela, tatarabuela y todas mis ancestras, os doy las gracias por vuestro camino, vuestros consejos y vuestro amor.
Sé que hicisteis todo lo mejor que supisteis, pero hoy decido ser yo misma, liberarme de mis ataduras, enfrentarme a mis miedos y vivir mi presente con ilusión, sabiendo que cada paso que doy me acerca más a mi objetivo.
Por todas vuestras vivencias, por todos vuestros consejos y por todo vuestro amor, os doy las gracias y me libero del pasado para ser yo misma.
Gracias, gracias, gracias.
Hecho está.
A partir de ahora vas a forjar tu destino, vas a liberarte de tu clan para ser la mujer que realmente eres.
¡Qué empiece la magia!