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Después de tanto ruido, tanta manipulación y tanto foco en nuestras debilidades, me doy cuenta de la importancia que tiene volver a conectar con lo que somos, naturaleza en estado puro.

Mirar atrás y observar todo este proceso es clave para nuestra reparación. Como si de nuestro coche se tratara, hay que recorrer los pasos desde que empezamos a olvidarnos de cambiarle el aceite a tiempo, hasta cuando empezamos a ponerle gasolina de baja calidad o cuando comenzamos a desgastar los frenos a fuerza de conducir de manera poco prudente.

Quizás te resulte absurdo o poco acertado compararte con un vehículo, pero te recuerdo que tu cuerpo no es más que eso, el vehículo de tu alma.

¿Qué pasa si lo descuidas?, ¿cómo va a responder si lo maltratas?, ¿qué crees que va a pasar si lo llenas de basura?

No se trata de machacar nuestros músculos en sesiones interminables de ejercicios, ni de reducir nuestra dieta a alimentos tan puros que por no tener no dispongan siquiera de vitaminas o minerales necesarios para nuestra salud. Se trata de encontrar el equilibrio, de cuidar los detalles, de dotar nuestra naturaleza con aquello que es necesario para vivir en armonía.

Difícilmente vas a lograr ese equilibrio si no cuidas lo que procesa tu mente. Nutrirnos de pensamientos que refuercen nuestras fortalezas es clave para mantener una vida saludable.

¿De qué sirve bombardear tu día a día con la típica noticia sensacionalista que ocupa nuestras pantallas?, ¿te aporta algo o, por el contrario, te mantiene centrada en la negatividad y el miedo?

Esto no quiere decir que debas vivir a lo loco, sin cuidarte ni mantenerte saludable, simplemente se trata de sentido común.

 

 

Nuestra mente es un músculo que necesitamos ejercitar. Es fácil caer en la pereza y dejarnos llevar. Vivir a contracorriente es agotador, créeme, pero vale la pena hacerlo. El cambio que se produce en tu vida es espectacular. Empiezas a vivir desde tus fortalezas y el miedo se hace tan pequeño que empieza a desaparecer, dando paso a tu verdadero ser.

Durante este confinamiento he visto mucho miedo en las personas que me rodean. Estoy realmente sorprendida de la respuesta que ha tenido y sigue teniendo esta pérdida de libertad en cada una de ellas. Personas que creía fuertes de espíritu y plenamente conscientes han resultado totalmente manipulables. Veo el miedo en sus ojos, la pérdida de su autenticidad y el regreso a su sombra.

Al observarlo desde el exterior me pregunto ¿qué mensaje tiene esto para mí?

Mi respuesta es clara: A pesar de lo difícil que es renunciar a personas que forman parte de tu vida, que aprecias y a quienes deseas lo mejor, decido alejarme, seguir mi verdadero propósito, luchar a contracorriente y fluir con mi esencia. Ser libre y volar por encima de todo, abrir mi consciencia hacia nuevos horizontes y no dejarme manipular por el poder, centrado en mi empobrecimiento espiritual y en el desarraigo de mis valores.

Decido limitar la información que recibo, incluyendo en mi vida todo aquello que fortalece mi alma. Decido cuidar mi cuerpo, limitando el uso de productos que lo dañan y que restan su energía. Decido reducir mi actividad en las redes sociales y grupos de whatsapp que se centran en la mera apariencia social y que esconden su auténtica personalidad, sus temores, su vulnerabilidad o defienden a los grupos políticos que nos manipulan y nos someten al aislamiento, restándonos la poca libertad de la que disponemos.

«Mens sana in corpore sanopedid un alma fuerte que carezca de miedo a la muerte, que considere el espacio de vida restante entre los regalos de la naturaleza…» (Sátira X, 356)

Alimenta tu cuerpo y tu alma con aquella información que te fortalece, vive alineada con tus valores y muéstrate al mundo tal y como eres. La base de tu autoestima se halla en la aceptación.