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¿Alguien te ha dicho alguna vez lo maravillosa y extraordinaria que eres?

Vivimos nuestra experiencia física fijándonos la mayor parte de las veces en todas aquellas cosas que hacemos mal, en lo que fallamos. Entonces, empezamos a creer que somos eso, mujeres incompletas, dañadas o defectuosas.

Nos limitamos a callar, a escondernos, a ver en las demás virtudes que no hayamos en nosotras mismas.

Pero, ¿quién nos ha hecho creer que somos así?, ¿cómo podemos despreciarnos de esta manera?

Olvidamos que todo aquello que hemos vivido forma parte de nuestro aprendizaje, que todas nuestras experiencias nos han llevado a convertirnos en las grandes mujeres que somos hoy.

La vida es nuestra gran maestra. Superamos grandes retos, creamos, amamos profundamente, perdonamos y cuidamos de nuestros seres queridos con total devoción.

Tú eres una de esas mujeres maravillosas. Tienes en tus manos ese poder creador, esa capacidad innata de amor incondicional, esa intuición que sabe lo que es bueno para ti, esa vulnerabilidad que te hace humana y que te conecta con tu sensibilidad.

¿Recuerdas aquella niña alegre, sin prejuicios, llena de sueños y con una amplia sonrisa en los labios?

Esa niña sonriente eres tú. Sólo necesitas creer en ti, en el inmenso poder creador que tienes, en todas y cada una de tus habilidades.

Todas nosotras nacemos con ese don. Por circunstancias de la vida, vamos desconfiando cada vez más de él, hasta que acabamos perdiéndolo por completo y nos cerramos a su grandeza.

¿Qué te hizo perder esa confianza que tenías en ti misma?

Si miras atrás, quizás recuerdes un hecho significativo que te marcó por completo y te restó esa seguridad que te había acompañado hasta entonces.

Esa pérdida de confianza se produce en el momento en el que te desconectas totalmente de tu interior. De pronto te das cuenta de que esa persona que habla y actúa no eres tú en realidad. Has optado por ser el reflejo de lo que tus progenitores, maestros, amistades o entorno laboral quieren que seas.

Empiezas a perder la alegría, limitas tus comentarios y caes en la monotonía.

¿Dónde está esa niña creativa y poderosa que había en tu interior?

Para conectar con ella sólo necesitas volver a concretar qué es lo que tú deseas en realidad.

Cierra tus ojos y lleva las manos a tu corazón. Respira profundamente y conecta con tu auténtica esencia, con lo que deseas en el fondo de tu alma. Escucha, sin miedo, todo lo que sientes. Observa todo lo que has logrado en tu vida, hasta donde has llegado. Puedes conseguir todo lo que te propongas.

Vuelve a creer en ti, escucha a tu alma y recuperarás ese maravilloso poder con el que naciste.