Esta famosa frase, atribuida a Gandhi, me caló en el alma la primera vez que la escuché. ¡Cuánta sabiduría en tan pocas palabras!
Muchas de nosotras esperamos a que cambie la situación para iniciar nuevos procesos, para disfrutar de la vida, para emprender o para ser más felices.
Nos limitamos a esperar, entre queja y queja, a que todo revierta por arte de magia, depositando nuestra responsabilidad en los demás.
Y vivimos viendo pasar el tiempo, situadas en nuestra zona de confort, por miedo a cometer errores, a sufrir y a equivocarnos.
Pero, afortunadamente, llega un momento en nuestra vida en el que nos resulta más doloroso seguir la inercia de la multitud que afrontar nuevos cambios.
En esos momentos despertamos, nos damos cuenta del largo camino recorrido hasta alcanzar la luz, descubrimos que somos las creadoras de nuestra propia realidad y que, por tanto, decidimos la manera en la que queremos vivir.
Es entonces cuando despierta en nosotras la Mujer Sabia, la que sabe, la que guarda el conocimiento de todas sus ancestras en su interior, la que decide adueñarse de su vida por derecho propio.
Esa mujer sabia pasa de la queja a la acción. Ya no se plantea si puede hacerlo o no, simplemente lo hace, porque se guía por su intuición, porque escucha en su interior, acallando las voces de la mente, esas voces que la conectan con el miedo y la indecisión.
Entonces, se dice a sí misma, «sé el cambio que quieres ver en el mundo», sé la capitana de tu barco, la auténtica protagonista de tu historia, la mujer libre de prejuicios que busca en su interior, que no se deja manipular por lo establecido, que cuestiona todo lo que la rodea, incluso a sí misma.
Deja que aflore esa mujer valiente que avanza hacia su cometido, que apoya a las demás mujeres que, como ella, buscan su identidad, que crece junto a sus hermanas, celebrando sus logros.
Sé el cambio que quieres ver en el mundo, sé la luz que ilumina el camino, sé la llama que mantiene el calor del Planeta, sé la palabra que guía con dulzura hacia la autorrealización, sé la magia que habita el corazón del Universo.
Y así, despierta de ese largo sueño, con gran claridad y una energía desbordante, rompiendo moldes, abriéndose paso con total libertad.